miércoles, 30 de abril de 2014

Nunca pensé que lo haría, y ocurrió Por Mónica Arce


Madrid, del 25 al 27 de abril 2014


A veces los deseos se cumplen, los sueños se hacen realidad.

Desde que entré en twitter y esta mujer empezó a seguirme, a apoyarme en cada nuevo reto, a hacerme reír con sus ocurrencias, supe que, tarde o temprano, tenía que suceder, y ha ocurrido en Madrid, el pasado fin de semana, por fin hemos salido de la fría pantalla y nos hemos conocido Mónica Arce y yo. En ella está la prueba de que correr a las mujeres nos endurece las piernas, nos fortalece el carácter pero nos sigue conservando tierno el corazón y los sentimientos.

Os dejo con Mónica y con la visión que ella tiene de cómo ha desvirtualizado a parte del Equipo de los locos DrinkingRunners.


Nunca pensé que lo haría, y ocurrió

Nunca he escrito ningún post.

Nunca pensé que correría.

Nunca pensé que correría 5 kms.

Nunca pensé que correría 10 kms.

Nunca pensé que correría 21 Kms.

Nunca pensé que compartiría mi locura.

Pero siempre supe que vosotros seríais así.


No cuento las veces que imaginé correr juntos, conocernos y "dejar de estar subtitulados" porque habéis ocupado mi cabeza durante muchos entrenos duros, madrugones, días de  lluvia y tiradas largas.

Te levantas, y mientras te pones los "calcetos" das los buenos días a los madrugadores: Pablo, Pintos, Julián, Rai…, es entonces cuando te sientes más reconfortada y piensas: ya no estoy sola, tronada sí, aunque acompañada.

Así es como tweet a tweet voy creando de cada uno una idea preconcebida de cómo seriáis, la mezcla parecía perfecta.

La excusa para conoceros:

Madrid Rock & Roll Maratón el 27 de abril.

Y una alegría por partida doble, por un lado conocer a los DrinkingRunners (ya no me aguantaba las ganas, después de tantas risas y buen rollo con vosotros) y además, claro está, reencontrarme con el Comando G de nuevo (Elena, Ana María, Loli) aunque no al completo (Ana Ledesma y Sonia han faltado, pero solo de cuerpo que no de espíritu)  y fundamental ¡¡CONOCER A MARÍA!!, y es que ella fue “El Génesis”, la primera a la que conocí cuando las dos empezamos en esto del pajarito, todas ellas eran antes de conocerlas y después, un regalo.


Porque son en la distancia un apoyo y un orgullo.

Porque son de verdad.

Porque están suficientemente lejos y necesariamente cerca.

Por muchas cosas y esperemos que para siempre.

El encuentro sucedió, en el Hotel Europa en la Puerta del Sol y a las 14:30, así, como de película de espías, porque ese era el lugar y la hora. Una puede parecer muy "echada palante", pues no, error, mucho ruido y fuegos artificiales, pero a la hora de la verdad daba vueltas por Sol nerviosa, muy nerviosa, con Javi tratando de poner un punto de calma en mí; ya antes, esa mañana, en la Feria del Corredor me pareció reconocer a Julián a lo lejos, me faltó esa punta de velocidad y acercarme…, así que haceros idea de cómo estaba, totalmente en anaeróbico en la Puerta del Sol desde hacía una hora: ¡lactato a cascoporro!

En el Hall del hotel:

Óscar, Julián, Alberto Barrantes, Marta, Pintos, Manuel, Doc, Bernal, Miguel Ángel, Ariadna, África, ¿y qué pasó? qué aguanté 0,2 segundos, porque se me pusieron los ojos estilo dibujo animado japonés con la lagrimona ahí asomando, y llegaron los besos, las sonrisas y la alegría que te va inundando, no hay trampa ni cartón, son como lo que lees, bueno no, MUCHO MEJORES, porque no había vergüenzas, corte o situaciones tensas, naaaaa era emoción en vena, ¡endorfinas para exportar!

Foto de Eva Tomé
Esto contado suena a topicazo lo sé, aunque es así, y la prueba de que "el algodón no engaña" fue muy clara. Cuando la comida acabó y volvíamos a casa de nuestro amigo, Javi, que es ajeno al running y mucho más a las redes sociales, en un semáforo me suelta de golpe:

- Mónica, que si te pierdes viendo Juego de Tronos porque estás tuiteando con ellos, tienes mi bendición y hasta te ayudo a ponerte al DÏA, ¡que ahora te entiendo!


Muerta me quedé, él, que me acompaña a mis "chifladas" desde hace tiempo, sin "venirse arriba", de repente preocupado por el alojamiento en la carrera de la Behobia para volver a vernos todos #mátamecamión #verparacreer.

Fue una comida divertida, natural, sin forzar, con fotos, … bueno, ¡que leches!, como es una comida con amigos y de vez en cuando me veía desde fuera y solo quería poder recordarlo todo y regodearme de la sensación de hablar con María, con la naturalidad como lo haces con tu compañera de oficina a la que ves cada día; de poner por fin unos “cuquilips” con Barrantes, genio y figura, que por cierto toma nota porque espero compartir plano contigo muchas más veces y que me enseñes los secretos del "arte del selfie"; retener en la memoria ese achuchón con África, que  te sale de dentro, y cómo no, ver a  Eva, ¡ay Eva! no te digo más, porque tú sabes.., y SIEMPRE Elena, Ana María, Belén y Loli, con ellas llevaba una vuelta ganada de otros encuentros.


Agotada de tantas emociones a casa a dormir.....tic, tac, tic...



El domingo toca vestirse de luces. Y salir a correr.

Llegar al Ayuntamiento de Madrid,  reírte con el previo de los DrinkingRunners, a los que los organizadores de las carreras deberían considerar seriamente contratar como #animadoresdecarrera.


Un sueño estar en el cajón de salida con Julián, Óscar, Elena, Toño, Olalla, Javi,  María, que apareció en el último momento y respiré, porque salir sin verla no hubiera sido igual, tenía que apretujarla un poco.


De la carrera poco os cuento que me disperso y no es plan, además no os voy a aburrir que para eso tengo a Javi que aguanta "mis resúmenes eternos", sólo decir que iba mucho mejor escoltada que Madonna cuando sale a correr.

Me faltó Voltereta, que tuvo que conformarse con un 10k., a ella no se la puede querer más, cuando nos juntamos ¿qué pasa? Pues esta vez ha tocado el #postureoturisticorunner, en la comida del sábado sacamos el teléfono entre el primer y segundo plato y en un plis reservando hoteles para la Behobia, con niños y toda la pesca, ya sabéis, planes en familia, ¡la que vamos a armar allí!

Elena, por su parte,  venía de una maratón dura y porque estábamos todas no dudó en hacer los 21k, lo cual le agradezco en el alma, ella  es como un reloj suizo segura, resistente…, y a nadie le quedan los manguitos como a ella (es por destensar, pero muy cierto) y ¡como me gusta verla correr con Toño a su lado!, Elena me hacía de guía turística en los primeros kilómetros, yo atenta y a la vez dispersa, concentrada, porque correr con tanta gente y esquivando zapatillas me hacía correr un poco estilo Chiquito de la Calzada.

Toda la carrera fuimos juntos Olalla, Julián y Oscar; con ellos la fiesta era continua,  me cantaban la carrera (subida, ras, derecha ras....), les pedía un toldo cuando el sol apretaba… risas, muchas risas y ese es el momento en el que con un par nos pararnos a hacernos una foto y a achuchar a África, eso ya es #postureomáximo.


¡Fui FELIZ!

Claro qué lloré al entrar en meta, claro que me emocioné y nos abrazamos los tres, Olalla (un amor), Julián y Óscar. No tengo palabras y ahora sí que me da vergüenza "echaros más flores", pero hay por ahí un enlace de video de nuestra llegada, que lo resume todo.


La carrera era la guinda de un pastel construido a base de 140 caracteres, en el que se ha puesto muchas ganas, tiempo, cariño; un pastel en el que ha tenido que colaborar mucha gente: unos cuidando niños, otros acompañando y conciliando (Carmenado, estás absuelto, pero no te vas a "ir de rositas") y el resultado supera con mucho lo soñado y eso lo supe cuando iba en el tren prefabricando una respuesta sencilla para cuando los de la oficina o la familia me preguntasen ¿qué tal?, porque:

- Cómo explicas que unos extraños son tan cercanos;

- Cómo cuentas que lo que se sufre corriendo es tu pasaporte a momentos
de felicidad única.

- Cómo cuentas lo que se siente cuando alguien a tu lado pide un aplauso y sabes que es para ti, porque te ven floja y así  te salen alas en los pies.

- Cómo les digo que noviembre brilla en mi calendario y que "no
pegarse" por vacaciones en verano, que yo me cojo días en invierno para correr.

Y sobre todo, cómo les cuento que me marcho (y llegaré) tan llena de emociones que no me duermo en el tren y sólo puedo escribir, porque si no exploto.


Así que ante el ¿qué tal por Madrid?, les doy un simple: muy bien, hizo muy bueno, y eso resuelve la papeleta, y es que para una que no calla me dejáis sin palabras, ¡tiene tela!

Hasta muy pronto,



Mónica Arce
@monicaarcenico


PD: Por falta de tiempo, ha habido mucha gente a la que solo hemos podido rozar: Pintos, Bernal, Iri, Javi Álamo, Alberto (“el agujas”); Doc, Arancha… y la pena inicial se va, y llega la alegría, sois mi coartada perfecta para muchas veces más, así que, Pablo Carmenado no tardemos en vernos.

miércoles, 16 de abril de 2014

¿Correr dos maratones seguidos, reto o locura?


Madrid, 16 de abril de 2014

Antes de que nadie me etiquete, y sin la necesidad de abrir ningún debate, ya os confieso, abiertamente, que correr dos maratones con la diferencia de tan solo dos meses, al menos en mi caso, ¡es una locura! Para los profesionales, para corredores con más experiencia y muchos más kilómetros sobre sus piernas que yo, igual puede ser un buen reto.

Los entrenadores aconsejan que no se corran más de dos maratones en un año y con una separación de 6 meses entre ambos.


No es que tras correr mi primer maratón, hace tan solo un año, se me haya subido a la cabeza, ni que le haya perdido el respeto a los 42k como para hacerme dos tan seguidos, o que me haya atrapado la fiebre de la competición. Os digo, sinceramente, que es un tema que se me fue de las manos.

En octubre los DrinkingRunners empezaron a hablar de correr el Maratón de Sevilla, era algo que me había planteado antes de que lanzasen la idea y me apetecía realmente. No es que dudase de la gran labor de Pablo Carmenado, ni de que el proyecto terminaría con el Equipo colocado en la línea de salida (como así fue) es que todo lo que es de muchos puede quedarse por el camino… y por si eso ocurría, mientras, me apunté al Mapoma, por no perder baza y porque no me apetecía pagar después más de lo que cuesta la inscripción inicial. Y ahí empezó el lío… La gente me decía que seguro que quería repetir la experiencia del año anterior y volver a correr en Madrid: ¡pues claro que lo deseaba! Y fui diciendo a muchos que este año volvía a repetir en mi ciudad; a la vez, se iba trazando todo el viaje a Sevilla y un día, en el que la cabeza no me debía funcionar nada bien, me descubro diciendo que voy a correr ¡los dos!: Sevilla porque será una gran experiencia con el Equipo y Madrid porque me fue tan bien, que quería volver a vivir todo aquello. Ya me cuelgo yo solita la pegatina de locuela…

La idea tomaba forma, y las ganas de correr los dos maratones también, y el miedo, en este caso duplicado. Estoy en un buen momento, me planteé que puede que no tenga otro período igual y decidí apostar por el #sísepuede.


Al volver de Sevilla la realidad me fue descubriendo lo que me esperaba.

El lunes 24 me encontraba cansadísima, el maratón, el viaje, todas las emociones vividas en esos tres días me habían agotado demasiado. Mis planes eran descansar una semana y preparar Mapoma con un #planmaratón corto de 8 semanas. El cansancio en unos días se fue pasando, lo peor era la cabeza, parecía que me habían sacado el cerebro y la tenía hueca, me costaba pensar, recordar, fijar la atención… me había vuelto un desastre de persona, por primera vez me encontraba anotando todo en papelitos para no olvidarme lo que tenía que hacer pocas horas después… Primer punto que me preocupó.

¡Ya había descansado! El cuerpo estaba mejor y la cabeza comenzaba a tener algo dentro de nuevo. El martes 4 de marzo salí a correr 10kms. El jueves otros 17kms que cayeron, ¡vaya golpe contra la realidad!, fueron arrastrados, con las pulsaciones disparadas, no lo podía llamar entrenamiento. Es duro cuando el cuerpo no responde y, en cambio, la cabeza ya está otra vez programada para seguir y solo piensa en el siguiente objetivo que sería el 27 de abril. Descansé, dormí bien, comí mejor… y el sábado me planteé salir a hacer 25kms, tranquilos, sin prestarle mucha atención al tiempo en que tuviese que realizarlos. ¡Y salieron, y cumplí con la tirada larga que tenía marcada esa semana! Reconozco que me vino bien, me dio seguridad y empecé a pensar que podía con ello. Lo peor a lo que me he enfrentado, en estos tres años como corredora, vino el sábado a las 5 de la madrugada, al levantarme para ir al baño mis piernas eran dos bloques, imposible andar, sólo podía arrastrar los pies. Me agobié, no quise pensar demasiado, mañana habrán mejorado, pasaron todo tipo de pensamientos en la buena hora que estuve despierta hasta conseguir coger el sueño de nuevo. El domingo por la mañana el choque con lo que se me había venido encima fue brutal, no podía andar, las piernas eran como maderos. Aún así, el martes siguiente salí a correr y no aguanté más de 5kms. Nuevo intento el jueves y llegué a completar 8 con sudores, un esfuerzo peor que cuando novata y una impotencia que no había tenido hasta ese momento con este deporte. Llegaron  dos semanas de parón forzado, masajes con fisio, estiramientos hasta el aburrimiento, cremas de todas las marcas para tratar de aliviar el dolor… Cuando el cuerpo no puede, lo aceptamos y cuidamos de él, ¿pero y la cabeza? ¿qué hacemos con ésa? ¡Vaya dos semanas! La cabeza estaba en forma y la tensión que me generaba me empeoraba las piernas. Se me pasó por la mente regalar el dorsal, cambiarlo por uno de la media para ese día… un montón de pensamientos que me llevaban a encontrarme peor.


No soy ilusa, sabía que me iba a costar preparar el segundo maratón, contaba con que mis tiempos en los entrenamientos empeorarían, imaginaba que estaría muy cansada, que igual tendría que quitar alguna tirada ultralarga por no poder con ello, con lo que no contaba era con quedarme lastrada con unas piernas que no es que no quisieran correr, es que no andaban, era una tortura de la mañana a la noche.

Creo que fue por ser más testaruda de lo que aparento o porque debe ser cierto que en el maratón se entrena la mente, a la mía le faltó que le crecieran dos patas para correr cabeza abajo y con la ayuda de todo lo mencionado empecé a salir a rodar de forma modesta y humilde. Mi plan semanal de 4 días se vio reducido a sólo 3 y cada tirada tuvo algún kilómetro menos de lo que debía. A pesar de todo, en este corto tiempo, he conseguido hacer dos tiradas de 30kms que son las que me han dado el optimismo para afrontar de nuevo los 42k.


Si a alguien le apetece meterse esta locura en el cuerpo, se puede, si yo lo he conseguido que llevo muy poco tiempo corriendo y menos aún en distancias largas, también lo conseguirá. No es lo aconsejable, ni recomendable, cuesta mucho esfuerzo y nos gasta demasiada energía. De momento solo puedo decir que he podido entrenar dos maratones sin morir en el intento. Espero, en unas semanas poder contar que he logrado correr los dos maratones, un reto enorme para mí, algo que me ha llevado no solo a superarme, a conocerme más aún, a amar este deporte, a respetarlo y a prometerme pensar no dos, sino tres veces, la próxima vez que me entren ganas de inscribirme para no perderme ninguna carrera de tantas como hay por ahí.

Nos vemos en el Maratón de Madrid, un gran día para enormes desvirtualizaciones de un montón de buenos amigos que tengo por la red.

Saludos, abrazos, besos,


María Caballero

@MCG66Madrid

miércoles, 9 de abril de 2014

La Media de Madrid, calentando para #Mapoma14

La Feria del Corredor
Madrid, jueves 3 de abril de 2014

Este año la Feria del Corredor de la Media de Madrid cambia de sitio, la han trasladado al Pabellón Satélite de la Casa de Campo. El lugar es más pequeño, hay menos stands y resulta algo agobiante, los pasillos son muy estrechos y el espacio de las colas para recoger los dorsales y la bolsa del corredor coindice con el de la gente que deambula. Acudí el jueves y no tuve problemas, había poca gente y me dio tiempo a darme una vuelta, a saludar y charlar con Mos de 400metros y con Agus y Pablo de Running Company.



Coincidí con Valentín González, Luis Fernando Sánchez y Carlos, @coroebusDeElis. Por supuesto, con Shinichi, como no podía ser de otra forma, no hay feria del corredor ni carrera que se precie si él no está con su cámara, su eterna sonrisa y nos atrapa a todos en esas fotos con las que llena Facebook.



Al final nos reunirnos parte de los amigos: Anabel, Alberto Barrantes, África, Rai y Belén y hasta hicimos un poco el tonto.




A alguien se le ocurrió la idea de concentrar dos eventos cerca, la Feria de la Media y la Feria Outlet en el Pabellón de Cristal y los atascos y colas en coche para poder acceder a la Feria el viernes y el sábado parece que fueron de horas.


La Media de Madrid
Madrid, domingo 6 de abril de 2014

¿Llegará algún día en el que no vaya nerviosa a una carrera?

Madrid amanece con niebla. A las 7 de la mañana, cuando salgo de casa, la temperatura es incluso baja y me alegro, esta carrera es dura y hacerla con calor no me apetece, especialmente en estos momentos con tanta carga de kilómetros ya sobre las piernas.


En el metro coincido con Manuel González. Llegamos charlando hasta El Retiro donde nos encontramos con Javi Pintos y con Diego Lorente, comentan que van a correr con dorsales en apoyo a Sergio, del Blog “El Gato con Botas” (ver Korrecaminos). Desde aquí toda la energía y fuerza en esta batalla, Sergio. Me voy con Manuel a los roperos y en nada comienzo a encontrar caras conocidas por el Paseo de Coches, primero a Tomás Soria y luego a Rafa Vega, que desde primerísima hora ya va lleno de energía y me transmite siempre tanta seguridad.


Ya en el ropero veo a Pablo Carmenado, a Bernal y Rafa Teresa. Creo que a más gente, ahora no logro recordarlo. Hago una visita fugaz a las Gacelas de Madrid, poco más que un saludo. Al llegar a la cola de los baños ahí pierdo los minutos sin remedio. No consigo llegar al punto de encuentro de los DrinkingRunners. Me da rabia no achuchar a mis chicas que hoy debutan en la Media: Belén Delgado, Almudena Casas y Cristina Barceló. Aparece Miguel Lanzas que va en busca de un buen lugar para la salida, no me lo pienso y me pego a él, yo me quedo junto al cartel de menos de 1:35’. Mi Equipo de los DrinkingRunners hoy han apostado por el #run4fun, por disfrutar de la Media sin pensar en tiempos, ni marcas, ni dejarse las piernas en el asfalto. Algunos no llevamos ese pensamiento, tenemos cerca el Maratón de Madrid y aquí debemos medir nuestras fuerzas y saber cómo nos encontramos para el día 27 de abril.



Los nervios crecen. Tenemos que esperar a que den la salida para los que corren los 5kms (ahí estarán Anabel García y Carmen Sanz) y después para la de los Hand-Bike. Me siento bien situada, poco más adelante veo a esa gente rápida que corre en tirantes haga la temperatura que sea. La niebla se ha despejado. Se nota que ha subido la temperatura y que vamos a correr con calor. Tocará hidratarse bien y moderar las fuerzas.

Por fin nuestro pistoletazo de salida, sinceramente no lo escucho, el bullicio es importante, se nota cuando ligeramente comenzamos a movernos.

¡En breve dejo de andar y ya estamos corriendo! La salida bastante rápida, sin problema, ya nos encontramos en Príncipe de Vergara, donde hay bastante gente animando. En nada pasa el km1. ¡Qué diferente se ve la ciudad paseando, en coche o autobús y luchándola, siendo conscientes de esas subidas…, bajadas… creo que hasta que no empecé a competir no he visto realmente cómo es mi ciudad!

Durante el km2 me pasa Valentín González y David Villarino, ambos con palabras de ánimo. Descubrir a David Roncero tras la cámara, que primero siempre dispara y después dedica su bonita sonrisa, es estimulante. En cuanto dejamos atrás Almagro y finaliza el km3 comienza la lucha, o la diversión de la Media de Madrid. Pienso en Belén, Almu y Cris, ¿cómo estarán viviendo su primera Media?



En Santa Engracia siempre tenemos a los bomberos haciendo sonar la bocina. Se nota que el día es bueno, hay mucha gente animando, incluso en estos primeros kilómetros. Este km4 en ascenso se hace un poquito largo. Seguimos de subida y en el km5 el primer avituallamiento, ni idea de si funciona bien, he decidido no usar ninguno y corro con una botella de agua. No sé si esto me hace mejor corredora, o más desconfiada. Cuatro Caminos y Bravo Murillo son eternos, para colmo al pasar por el Mercado Maravillas huele a bollos recientes, ¡qué tortura! Aparece Juan Mudarra, me saluda y pregunta: ¿sabes quién soy? De golpe, ni idea, cuando me dice te lo digo en Facebook ya le identifico. Arriba… arriba... que ya hemos pasado varios kilómetros y llegamos al 8.

A partir de aquí el tramo hasta Plaza de Castilla lo conozco bien, está en muchas carreras, no me va a presentar ninguna sorpresa, pasa el km9. Ahora por fin, un poquito de bajada, Príncipe de Vergara y Serrano dan un respiro. En buenas condiciones llego al km12, en este punto tengo confianza, las piernas van respondiendo bien. Atravesando el km13, y cuesta abajo, creo que es donde me pasa Roberto Serrano @Serraoner50 y al saludarme descubro ¡lo alto que es! Poco después Julia Ayuso me grita ¡María qué alegría verte!, comenta que va moderando… y la veo lanzarse calle abajo a una velocidad que envidio. Desde ese punto descubro que llegamos a una nueva subida. Se ven los colores de los compañeros que ya están coronando la cuesta.

En el km14 me pesa mucho el calor. Llevo con orgullo #laverde pero me está sobrando desde hace rato. Los kilómetros 15 y 16 transcurren sin novedad. Noto el cansancio y comienzo a moderar un poco el ritmo, creo que me estoy olvidando de que tengo que llegar entera al 27 de abril. Ya voy metida en la carrera, presto poca atención a mi alrededor, hasta que al grito de: ¡vamos María! salgo de mi letargo gracias a que Marta Núñez me ha descubierto. Un poco más adelante (¡que me estaba faltando mi campeón!) Daniel Casaus, el más animador de todos, qué gritos nos dedica, y ese puño en alto que nos saca fuerzas aunque las llevemos menguadas. Finaliza el km17.

¡Y aquí llega lo bueno de esta prueba, coincidir en el km18 con la gente de Running Company! Ver a Jose subido a la farola con la tablet tirando fotos y gritando nuestros nombres y esa novedad de este año de las #PomponTeam nos dan la energía necesaria para afrontar el tramo más duro de la Media. Gracias a todas por vuestro empuje: Rocío Burgos, María Casanova, Rouss, Mónica Barrigón, Noelia Ibias, Sara Cejuela y demás.




En Madrid las cosas son así, el km19 el plato fuerte, esa mítica subida por Alfonso XII que duele, no solo en las piernas, en los brazos, en la cara… hay que empujar con todo, hay corredores que la afrontan andando, con los brazos caídos, empiezo a escuchar a gente que comenta a los amigos que ahí lo dejan, y a otros que dicen anda hay gente tirada; intento no mirar pero, sin remedio, me llevo la imagen de un corredor tendido inmóvil junto a la pared del Retiro, vestido de negro, con gorra… y dos policías atendiéndole. Esas cosas que no deseamos ver y menos cuando las fuerzas van fundidas. El km20 es eterno, sólo deseo ver girar a la gente para saber que ahí está la recta final ¡y no llega! La entrada al Parque es increíble, muchísima gente animando, gritándonos; un poco de tapón, nunca lo había vivido así, imposible ese sprint final para ajustar y rebajar un poco el tiempo, cuesta correr ¡qué le vamos a hacer! Cruzar la Meta no deja de emocionarme, y ya llevo unas cuantas. Me felicito interiormente por mi 1:52’56” y cuando la chica me pregunta si me he ganado la medalla o se la queda, le aseguro que sí… y mucho…

Coincidir con tanta gente conocida como Mos Alonso con sus pequeños aquí animando, Tomás Soria, Isabel González Corral, Sergio Peñas, algunas Gacelas como Iván Gutiérrez y David Villarino, Julián Domínguez, Susana Izquierdo, Shinichi y el reencuentro con mis queridos DrinkingRunners es lo que pone el punto final de la mañana. Bueno y la hidratación, como buenos corredores con una cerveza fresquita, menos los que seguimos de ovejas negras, Rai con su Cocacola y yo con una sin, y porque era muy tarde para tomarnos nuestro cafecito. 







Gracias DrinkingRunners, por mostrarnos una vez más que el running es divertido, lo que es el compañerismo, la amistad y por atrapar a tanta gente en vuestras redes de simpatía y gente auténtica.

Manuel Fernández, no sé si te parece bien que te lo diga aquí, el domingo al verte llegar no supe leer si tu mirada era de quiero estar solo o necesito un abrazo y a mí, que hablo tanto, muchas veces no me llegan las palabras para expresar lo que quería decirte, que tienes mucha fuerza para seguir con tus retos y que tu hermana estará orgullosa de ver cómo le dedicas esos kilómetros.

Dicen que 16.900 corredores llegamos a meta. Luis Blanco de AtuRitmo ha hecho la  Media micrófono en mano contando cómo transcurre la mañana y con un gesto muy bonito entra en Meta con la última corredora. Si lees este post, compañera, dime tu nombre, quiero ponerlo aquí con letras grandes, no se ve tu dorsal en la foto y no he podido buscarte.



A los que corréis el Maratón de Madrid el próximo 27 de abril os deseo mucha suerte en estas últimas semanas de preparación, en la carrera espero poder veros antes, durante o después de ese gran reto.

Saludos, abrazos, besos,

María Caballero

@MCG66Madrid 







martes, 1 de abril de 2014

¿Se está frivolizando correr un maratón?


Madrid, 1 de abril de 2014

En los últimos tiempos no es raro que surja, en las redes sociales principalmente, la pregunta de si no se estará frivolizando el maratón y que por ese motivo más corredores, de los que realmente están preparados, se lanzan a colocarse en la línea de salida, o si se está popularizando de tal forma que ya cualquiera cree que puede correr un maratón.

Ver situaciones difíciles de digerir a lo largo de los 42k siempre ha sucedido, no es nuevo de ahora, ni eso indica que nos estamos tomando a broma esta prueba. Sinceramente, espero que no sea así, frivolizar con Filípides solo lleva al sufrimiento, a hacerse daño física y mentalmente y puede que a abandonar el correr.

Mapoma 1980

Mi primer contacto con el maratón fue hace muchos años, ni imaginaba que yo llegaría a correr alguno, (bueno, ni de lejos pensaba en correr), lo vivía desde fuera, aguardando a que mi hermano cruzase la meta. Fueron bastantes mañanas viendo las caras de los corredores en la salida, felices, optimistas… y las caras de esas mismas personas, tan diferentes, cruzando la meta horas después. Para mí esa gente era de otro planeta. No podía ni imaginar cómo alguien se quería enfrentar a esa prueba tan dura. Eran horas de observar, de admirar, fotografiar… En esa época el maratón no contaba con tantos corredores, era algo para los preparados y muy convencidos y, aún así, en esos años ya se veían situaciones poco agradables, y no creo que en el 2004, mi último año como “esperadora” de un maratoniano, estuviese frivolizado el maratón.

Nunca olvidaré tres situaciones. La primera, un corredor que a escasos 195 metros de cruzar la meta se desplomó y ni se movía, la organización acudió a retirarlo y la familia gritaba tras las vallas y luchaba con otros de la organización que no les dejaba saltar al maratón, y esos gritos de “dejadle terminar, no le retiréis, dejadnos entrar” pese a los años transcurridos siguen sonando. La segunda, un corredor sujeto por las axilas por dos compañeros que llegaban con más fuerza que él, literalmente le venían arrastrando, no caminaba, sus pies no tocaban el suelo. La tercera, mi madre llorando, mi hermana y yo desgastando el reloj de tanto mirarlo, y mi hermano Miguel que no aparecía, su tiempo de tantas otras pruebas ese día no se estaba cumpliendo, la angustia de que algo no había ido bien; dolor en el cuello de tanto estirarlo, sin alcanzar a verlo, hasta que comencé a gritar “ahí está” y mi madre “¿estás segura?”. Y sí, estaba segura de que era mi hermano, al menos su cuerpo, pero las condiciones en las que llegaba poco se parecían a las de la persona que yo había despedido en la salida pocas horas antes. Ese fue el último maratón que corrió. Ahí tuvo claro que necesitaba un paréntesis.


Es lógico entre los corredores querer aumentar los kilómetros, intentar pruebas un poco más duras, saber dónde están nuestros límites. Lo que hay que tener claro, bajo mi modesta experiencia, es que no todos podemos correr un maratón y que el momento de hacerlo solo lo sabemos y debemos decidirlo nosotros, dejarse arrastrar porque otros lo hacen, porque la gente con la que se corre ya han dado todos el gran salto y se van a ver las caras con los 42k, es un gran error.

Maratón de Chicago

Al maratón hay que dedicarle muchas horas, fuerza, constancia, cabeza y cuerpo y además hay que sacrificar un poco a la familia, los amigos, la pareja… Hay que dejar de hacer un montón de cosas para estar preparados y poder luchar contra el Señor Maratón, porque efectivamente a esa prueba hay que ponerle un Don delante, y quien crea que puede aumentar un poco el entrenamiento, o correr alguna media horita más, o plantearlo en menos de las semanas que los expertos en estas cosas dicen que son las adecuadas, se va a enfrentar en inferioridad de condiciones y eso siempre es, con mucha probabilidad, una derrota antes de empezar.

Las redes sociales pueden estar llevando a que el maratón se popularice más de lo adecuado, por eso es tan importante leer a los blogueros, y no estoy haciendo publicidad ni barriendo para casa, es que si uno se queda con lo bonita que es esa foto del corredor cruzando la meta sonriendo, con los brazos en alto, llorando de pura emoción…, o con esa otra luciendo la medalla al cuello, se está centrando en muy poco, ya que el maratón es dolor, inseguridad, cansancio, frustración,… y mucho más, hasta alcanzar esa bonita medalla hay que atravesar una lucha con el asfalto que, repito, sin una preparación adecuada es impensable.


Quienes habéis seguido a todo el Equipo DrinkingRunners en su aventura hacia el maratón de Sevilla habéis visto diversión, bromas, postureo… y si además leéis que todos cruzamos la Meta podéis llegar a pensar ¡qué fácil es esto ¿no?!. Lo que no se ve, detrás de lo alegre, es un gran trabajo de todos estos corredores, un plan de entrenamiento muy duro seguido hasta su término, el agotamiento en las últimas semanas que no impide hacer las tiradas largas, el dolor de piernas que acompaña el correr, de eso no hay fotos. Cruzar la meta de un maratón es de las mayores experiencias que se pueden vivir; no cruzarla, porque nos hemos lanzado al maratón sin que sea nuestro momento, es una experiencia que no debe ser agradable de vivir.


A los que corráis la Media Maratón de Madrid espero veros y os deseo mucha suerte.

Saludos, abrazos, besos y hasta muy pronto,


María Caballero

@MCG66Madrid

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